(3 de abril 1919-10 abril 2005)
En su aniversario luctuoso, recordando al cronista deportivo Ricardo Vivero Alba
Por: Ricardo Jasso Vivero
Don Ricardo Vivero Alba fue un destacado cronista deportivo en los tiempos donde las familias se reunían y escuchaban la radio para imaginar lo que con palabras se describía. Poseedor de una excelente voz, grave y estentórea. Una voz clásica, entrañable y sobre todo un comunicador con recursos, conocimientos, capacidad de improvisación y un maestro de la entrevista. Complementó su labor hablada con la escrita.
Cubrió toda una época de hazañas en cancha, vivió el nacimiento del equipo León, convivió con los futbolistas y lo acompañó en los momentos gloriosos y en los de penumbra con un estilo propio y profesionalismo a carta cabal. Alguna vez me comentó que de los comentaristas contemporáneos el que más se le asemejaba era Emilio Fernando Alonso.
Para los jóvenes que no lo conocen o no han escuchado de Don Ricardo, su vínculo con el equipo León es cercano. En 1939 llegó a la ciudad de México a estudiar en la facultad de Medicina de la UNAM. Sin embargo, encontró su verdadera vocación cuando iba a presencia los partidos del Asturias donde jugaba su excompañero de secundaria y preparatoria: Rodolfo Moncada. Moncada era un atleta y un hábil extremo derecho. Cuando la Selección Vasca enfrentó al Unión de Curtidores en León, Moncada los impresionó y fue fichado por el Asturias de Luis Regueiro y Laviada. Vivero Alba no se perdía ningún juego de su amigo en México y comenzó su carrera como profesional de la radio. Su amor por el futbol se convirtió en una verdadera pasión, en una devoción…en una misión.
Su modelo a seguir era el cronista Alonso Sordo Noriega quien inventó la fórmula de trasmitir noticiarios y programas deportivos a control remoto desde el lugar de los hechos. En efecto, en 1944, a Ricardo Vivero Alba le correspondió recibir y entrevistar a los primeros jugadores provenientes del extranjero para portar la camiseta del León: Antonio Batagglia, Miguel Rugilo, José Francisco Rivas, Marcos Aurelio y Ángel Fernández. A partir de ahí, fue el cronista en radio de los encuentros del club León primero en el estadio “Patria”, posteriormente en el “Fernández Martínez”, pasando por la “Martinica” hasta llegar al estadio “León”. Su vida estuvo ligada a la del equipo verdiblanco.
Fue designado para narrar por radio el Mundial de Suecia 1958, por lo que viajó junto a Agustín González “Escopeta” al país europeo. El 11 de junio de dicho año, Vivero Alba relató desde Estocolmo, el encuentro donde la Selección Nacional de México obtuvo su primer punto en una Copa del Mundo al empatar con País de Gales con anotación de Jaime Belmonte al minuto ‘89.
Toda una experiencia de vida su participación en el mundial de Suecia donde pudo presenciar el nacimiento de una estrella de 17 años: Edson Arantes Do Nascimento “Pelé” y el “jogo bonito” de Brasil. Por medio de su voz, en trasmisión internacional en español, la audiencia pudo sentir fielmente lo acontecido en el Mundial.
En 1984, escribió el libro “Ellos fueron” con motivo de la celebración de los 40 años del Club León. Un texto considerado de culto para los seguidores verdiblancos donde compartió con autoridad la senda del nacimiento de los jugadores que vistieron orgullosamente el uniforme del UNIÓN-LEÓN y más tarde del León. La pluma de Vivero es elegante, directa y evocadora.
Cuando la escuadra verde regresó por primera vez del descenso en 1989, editó la revista “Tirando a Gol” titulada igual que su célebre programa de Radio. Una publicación quincenal que se distribuía de manera gratuita y donde el lector podía encontrar información actualizada, crítica, entretenimiento con la sección de “crucigol” así como entrevistas y los “ecos del ayer” con el acento personal de Ricardo Vivero.
Un periodista completo. Narró encuentros del equipo León en radio, relató un Mundial, fue jefe de prensa en la sede de León en los mundiales de 1970 y 1986. Prestó su voz para radionovelas, apoyó en la noble causa en un par de maratones de radio para obtener fondos para la ciudad del niño. Además fue pionero de la televisión en León, dirigió la revista de turismo “Dónde” y contó historias con un micrófono en mano sobre beisbol, basquetbol, box, toros y lucha libre. El decano del periodismo en León.
Recibió el “Micrófono de oro” por parte de la Asociación Nacional de Locutores de México por su brillante trayectoria y forma parte del “Salón de la Fama” del deporte Guanajuatense en la categoría de medios de comunicación. Un periodista completo.
Ricardo Vivero admiraba a Garrincha y su capacidad de desbordar por la punta derecha, dejando con su prodigioso regate hombres en su camino hasta llegar a línea de fondo y centrar con precisión. Si algo destacaba Don Ricardo en un futbolista era la importancia no sólo del desborde sino de la obligación de realizar un centro con técnica y posibilidad al rematador.
Consideraba al “Pato” Marco Aurelio Di Paulo como uno de los mejores delanteros que haya portado la camiseta verde. Precisamente el partido León vs Guadalajara lo refería como un clásico. Recuerdo que me platicaba que estuvo presente en el encuentro celebrado entre España y el Necaxa donde iniciaba su carrera Horacio Casarín. El árbitro fue Fernando Marcos y al concluir los espectadores lanzaron papeles envueltos en fuego hasta producir un incendio que devoró las tribunas de madera del “Parque Asturias”. Todo un placer conversar sobre futbol con Don Ricardo.
Vivero Alba cultivó el gusto por el cine, el teatro, la lectura, los museos, la cultura. Un caballero disciplinado, educado, siempre vistiendo impecablemente y con una sonrisa franca. Lo seguimos extrañando pero que mejor que honrar su legado para tenerlo presente. Al maestro, con cariño, un extracto de su libro para conocer su esencia y conceptos:
“ELLOS FUERON ídolos del pueblo, pero antes de lograr esa conquista, aquellos jóvenes nacidos en el barrio curtidor, hubieron de esperar el momento grande, el ingreso a la Liga Mayor de Futbol para que, en amalgama con los recién llegados de otras latitudes como Montemayor, Varela, Castellanos y Pérez, los costarricenses Campos, Dobles, Garita, Lizano y Rivas; los argentinos Battaglia, Rugilo, Aurelio y Fernández; fueron distinguidos por un sector muy importante que los llamó a su mesa y convivió con ellos.
ELLOS FUERON …y seguirán siendo los inolvidables, los eternos, los ídolos de acero que jamás se romperán…nunca veremos sus pedazos rodar por el suelo; tienen un pedestal, al que no alcanzarán las diatribas ni las ignominias”.
Fotografías del archivo personal de Ricardo Vivero Alba.