Por @akelandos
Así juega:
Elías es un jugador ideal para posesiones largas, cuando el rival está metido dentro. Su capacidad de conducción y pase es útil para circular la pelota cuando el rival niega los espacios y se busca bascular para desbordarlo. Pero principalmente, para superar su marca en la banda y colgar una pelota al área.
Su regate es en base a la habilidad. Enfrenta el rival y lo desborda. Está cualidad hace que el rival no tenga que ir corriendo hacía su portería, pero precisamente un rival con repliegue muy bajo, dentro de su área casi, no ira corriendo hacia atrás, es de suponer que estará esperando. En esas situaciones, la calidad del servicio de Elías es fundamental para que los rematadores encuentren ventaja posicional y remate. Los movimientos de sus compañeros son de mucha ayuda, pero muchos de sus centros van de memoria a donde deben de estar.
Pero donde verdaderamente es diferencial Elías es en su porcentaje de éxito en dos fases: el desborde y la pelota parada. Elías es imparable cuando encara, siempre desborda y centra. Siempre. A lo más que puede llegar el lateral rival es a taparle el centro, en cuyo caso consigue saque de esquina. Este factor le daría muchas ventajas a la selección cuando se enfrente a selecciones centroamericanas que planteen defensas férreas.
Por otro lado, en tiros libres, le pega excelente al balón parado, es clave en jugadas de estrategia como saques de esquina y faltas de castigo. Sus pelotas van a distancia del portero, que le impide salir por la pelota y con efectos difíciles a los defensas rivales y ventaja para los atacantes de su equipo.
Tiene un excelente juego de asociación, juego interior, puede tirar diagonales hacía adentro y tocar con sus compañeros para que la jugada progrese. Juega mucho mejor en la banda derecha, aunque no le es extraña la izquierda. Finalmente, debemos decir que su capacidad de disparo es muy buena. Casi siempre encuentra puerta, lo que significa porcentaje de efectividad muy alto. Cuando no consigue el gol directamente, si saca una ocasión clara, ya sea en la segunda jugada o en el saque de esquina.