El Club León confirmó las buenas sensaciones de juego encadenando resultados positivos gracias a la victoria frente al Puebla. El equipo de la franja supuso sobre todo una prueba mental para los dirigidos de Luis Fernando, que realizando un fútbol superior se vieron atrás en el marcador. Finalmente, el buen estado de forma de varios jugadores, la continuidad del sistema de juego y las decisiones correctas desde el banquillo dieron forma a un partido tan superior de los esmeraldas, que Puebla vio como era goleado con la misma impotencia que sufren en este torneo los clubes que pierden con Monterrey.
Lo importante del partido fue, sobretodo, que León utilizó una doble realidad para atacar, lo que veníamos comentando sobre su plan estilo Tena sostenido por el juego de la plantilla. En base al control defensivo y circulación, con la ya clásica aparición de los extremos, La Fiera dominó a Puebla en los primeros 15 minutos. Los de la franja simplemente no podían recuperarla y la tranquilidad que le daban a los locales en la salida les jugaba en contra. Entonces, Elías, Maxi, Vázquez y Burbano comenzaron a ser imprecisos en los traslados a la banda, en los pases largos y aperturas. El receptor tenía que rectificar el pase y en esos segundos Puebla podía orientarse hacia la jugada en banda, defendiendo mejor. Aunque no detuvieron la generación de ocasiones, si las defendieron mejor e incomodaron más la progresión felina, sostenidos por un buen Villaseñor.
Al defecto leonés se sumó el acierto poblano, sostenido por Bermúdez, “El Hobbit”. El bajito contó con la virtud de moverse en tres cuartos, desprendiéndose y también con tino para ofrecer opción de pase en banda, pero lo que en realidad sumó fue su capacidad de no perderla, haciendo un valioso tiempo para que Puebla subiese y tuviese más y mejor la pelota. De ahí que el gol poblano, a pase del mismo Bermúdez y gran remate de Valdez.
El natural desconcierto leonés no pasó a mayores porque terminó la primera mitad, con buenas ocasiones pero sin tocar techo de funcionamiento todavía. Al segundo tiempo León agregó un registro: comenzó a jugar en la frontal del área, combinando a Rocha, que llegaba y Elías con Burbano más Maxi con Mauro. El gol, que era cuestión de tiempo, cayó gracias al balón parado, fortaleza ya del Club. Con un Puebla que ya estaba desgastado mentalmente y necesitado también de la victoria, apareció la virtud de Tena, con un León que ahora si era vertical y contragolpeador gracias a la capacidad de Maxi Moralez para conducir en espacios abiertos. La tranquilidad mental que ya había empezado Aldo Rocha con precisión en balones largos y ocupando espacios al frente derivó en una nueva cascado de ocasiones que, ahora sí, se concretaron.
La victoria abultada nos gusta, pero lo verdaderamente positivo es que ya sea en posicional o con transiciones ofensivas, a balón parado o con jugadas de frontal, León tiene varios caminos para llegar al gol.
Calificaciones del partido
Yarbrough, 9. Acercándose a la versión de 2014. Atento, rápido y potente en el salto vertical y seguro. Nada que hacer en el gol.
Magallón, 8. Muy atento a las coberturas y mantener la línea, un poco mejor en las decisiones de ataque, pero su labor es otra y la cumple.
Novaretti, 8. Salvo errores de colocación, muy completo a la hora de intervenir en el corte y con una elegancia para comenzar las jugadas que da gusto verle.
Burdisso, 8. Atento y clave en ambas áreas. Le va costando adaptarse a la izquierda pero logra mantenerse en buen nivel.
Velarde, 7. Alcanzando regularidad por fin. No es nuevo su debilidad en los 1×1 del área, pero sus incorporaciones al ataque y recorridos por banda son siempre positivos.
Rocha, 10. Fue el equipo en el primer tiempo. Trazos largos perfectos, cortes, carreras en ataque y todo con muy buena velocidad de carrera. Hoy día es un jugador diferente a 2015.
Vázquez, 8. Le sigue faltando para su mejor versión, sostuvo siempre el dibujo en los contragolpes, siendo la mente fría en la inercia de ataque.
Elías, 9. Otro superlativo. Cada día más completo, imparable en el desborde y con capacidad de asistir o disparar.
Maxi, 8. La imprecisión en el primer tiempo evitó apuros a Puebla. Fue creciendo hasta ser el clave conductor de los ataques leoneses.
Mauro, 10. Hat-trick.