Por @akelandos:
El Club León vivió, sin duda, la primera gran noche de Pizzi como entrenador felino. El partido, disputado en lo alto de la tabla, con cierto drama de descenso, viejos enemigos y personajes a reivindicarse desembocó en un gran batalla táctica de la que salió ganador el argentino sobre su homólogo mexicano, “El Ojitos” Meza. No le puso sólo cerebro, Pizzi desbordó pasión, lógica, ánimo, incluso dejó en ridículo al árbitro… fue su gran noche.
El Rival
El orden es la virtud que define a Meza. Tener que lidiar con la realidad del descenso y estar peleando por la cima de la tabla no debe ser fácil y “Ojitos” salió pensando en la gloria pero acostumbrado al descenso.
Morelia salió blindado atrás con tres centrales que combinaban juego aéreo, experiencia y velocidad. Les apoyaban dos laterales que ejercían de carrileros, de perfiles ofensivos y con la misión de atacar la banda hasta línea final. En medio, dos mediocentros, uno claramente en el papel de contención, llegando incluso a formar línea con los centrales y el otro con una misión de brindar apoyos en ataque.
Adelante dejó a tres hombres: un centro delantero muy móvil y ligero y dos extremos que por velocidad tenían capacidad para suplir la ausencia de un enganche o pasador nato. Su juego durante el primer tiempo fue totalmente interior, trataban de tener la pelota arriba en espera de la llegada de los laterales.
Para defender Morelia juntaba un 5-4-1 que implicaba a todos menos a su delantero, pero conforme se acercaban a su puerta, el equipo se auto-aplastaba contra su área formando dos líneas, una de seis y otra de tres apenas por delante.
Club León
Observamos el plan habitual del Club León, línea de cuatro con dos laterales muy agresivos y con juego interior, el motor con Gullit-Gallo-Chapo y su triangulo escaleno (http://www.nacionesmeralda.com.mx/con-las-garras-al-liderato-pegar-donde-duele-leon-2-1-tigres/), Burbano Elías como hombres de banda y Mauro Boselli como “9”. Hay que observar que como suele suceder con Pizzi cuando es visitante, la defensa se producía en bloques más juntos: dos líneas de cuatro entre las que se coloca Vázquez para tratar de cortar y vigilar la banda.
Hubo dos circunstancias que favorecieron enormemente al equipo: la primera, la extraña libertad de la que gozó Montes. El Chapo disfrutó de no tener jugadores a la espalda consecuencia del excesivo repliegue morelense y de que la atención del local se centrara en Peña. El otro factor fue el inmenso partido de Boselli. Es aquí cuando se convierte en el mejor de la liga. Jugando de espaldas es capaz de distribuir juego y dar mucha idea a su equipo, pero sobre todo, permitir que sus compañeros reciban de cara. Y eso es oro para Montes-Peña. Quizá tres centrales puedan con él a la hora de rematar, pero evitar que cubra la pelota es imposible.
El partido
Comenzó Morelia tratando de hilvanar secuencias de pases con el púnico fin de dar tiempo a sus laterales para subir y llegar a la jugada. En esas, el Club León mostró exactamente su porque falla su sistema defensivo, lo explicaremos abajo.
Recuperando los verdes trataban de salir buscando pases al frente y ahí estaba Boselli esperándolos, de espaldas, ayudando a que tomaran dirección los atacantes. De nuevo aparecieron Fernando Navarro y Velarde para apoyar las jugadas, pero el partido no era ni mucho menos verde.
En eso, Morelia explotó dos defectos esmeraldas: encadenó una posesión larguísima donde los leoneses sólo la vieron pasar, y de pronto, llegó el lateral derecho. Es que por dentro es muy difícil hacerle daño al equipo, pero cualquier elemento extraño que llegue por banda convierte el resfriado en neumonía. La combinación de perseguir la pelota mucho tiempo y recibir la incorporación por fuera degeneró en desconcentración y tras encarar al arquero, los purépechas abrieron el marcador.
Pizzi respondió con una muestra de fuerza, valor y agilidad mental. El Club León comenzó a buscar posiciones de servicio para colgar el balón al área y ahí ya esperaban hasta cuatro rematadores, Boselli, Peña en modo segundo delantero y los extremos. Quien quedaba al rebote era Montes y por ende, libre de marca. Recibió sólo, aprovecho su libertad condicional y limpió las telarañas de la portería de Traidoro Saucedo.
Hasta entonces Morelia había mostrado mucho e infructuoso juego interior, pero el gol los sacudió. Cada vez jugaban más abajo en parte por la insistencia de León de cargarles el área de jugadores. Les costaba salir y ya uno de sus laterales estaba ahogado cuando la jugada dio resultado de nuevo, una pelota colgada por Burbano que encontró a Peña. Debería quedar claro que el nivel de Burbano haciendo cosas de extremo es superior al de Burbano haciendo cosas de interior. Además, y como sucedía, es una gran ventaja cuando Burbano y Elías abren el campo, porque ayer así estiraron a la defensa de Morelia, obligándole a cubrir más espacio.
El primer tiempo terminó con un Boselli gigante, puesto a lo suyo de jugar, y con un Morelia que a pesar de defender bajo, tenía que correr de espaldas en los centros laterales. Pero estaba claro que eso no podía durar.
Para el segundo tiempo Meza observó que tenía que hacerle cosquillas donde más risueña es La Fiera y decidió utilizar las bandas para sus velocistas. Entre eso y que al Club León no le avisaron que ya había terminado el descanso, los morelenses cambiaron al 4-5-1 y se fueron arriba en el marcador.
La cara de Pizzi era un poema, su sistema defensivo es muy defectuoso, pero aun así hubiese bastado en ambas jugadas para que no hubiese aún goles en el segundo tiempo. Pero al parecer el sufrimiento lo despierta y comenzó con un movimiento táctico: Peña comenzó a juntarse con Boselli para apretar la salida purépecha. Luego, paso definitivamente al 4-4-2 con la entrada de Bueno por Velarde. Compensó mandando al Piri de lateral izquierdo, donde todas las ganas que trae de trascender lo hacen un buen defensor, de verdad, lo que hizo fue increíble para un extremo atacante. Entonces empezó la movilidad de Bueno, con lo que los defensas Morelenses, que ya eran dos centrales y uno como lateral, se separaron aún más. Centros de Elías y Cirilo Saucedo nos deja la impresión de que lavará su traición regalándole todos los goles que pueda. Personalmente, yo ya cobré mi deuda con él, pero eso es otra historia.
El colofón del partido fue la roja de Burdisso, a quien Navarro abandonó en su duelo con el velocísimo Cuero. Falta mucho trabajo defensivo.
La defensa del Club León
Además de su formación, que ya hemos analizado, el Club León basa su sistema defensivo en una premisa, un jugador tiene que ir a por el poseedor de la pelota. Uno sólo. Esto explica muchísimo del sufrimiento de La Fiera. Primero, porque el jugador esmeralda va a quitar la pelota hasta que el jugador rival la tiene. Es decir, le da tiempo de recibir cómodamente y ver opciones En segunda, porque lo hace sólo. Nadie más acompaña el movimiento de presión, sólo van si un jugador cercano recibe. Es decir, el rival va a recibir la pelota con comodidad, y encima tendrá receptores libres. SIEMPRE. Hay un defecto clarísimo y hay que resolverlo tomando una decisión: O se va al pressing de forma continua y con todos, o que no vaya ninguno y aguanten.
Y si encima de que tu modo de defender es defectuoso, te duermes, pasa lo que pasa. Que Morelia te da la vuelta con un disparo fuera del área y con uno en tu área chica.