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Una bala (Chivas 0-1 Club León)

 

El Club León logró una importante vitoria en un momento delicado y que le permite dar un paso al frente con una serie de ventajas efectivas. El rival, el momento y de cierta manera el modo, suponen una buena dosis de impulso anímico, fundamental para el cambio que suponen los hermanos Tena. Porque hay un cambio, en el sistema y modo de juego, y ayer durante la primera media hora el Club León priorizó claramente el orden defensivo y a partir de su gestión del control del espacio y su dedicación a ocupar rápidamente sus posiciones cuando perdían la pelota. Un cambio que convirtió el encuentro en un partido a un gol y que, como en el libro de Jack London, constaba de una posibilidad para cada uno: el que alcanzase la yugular de su oponente con una dentellada ganaría el partido.

Chivas de Guadalajara

Es sabido que el impulso anímico que supuso el nuevo entrenador para Guadalajara se desvaneció hace tiempo y que en consecuencia “El Pelado” Almeyda queda con sus ideas desnudo frente a lo que es la realidad del equipo tapatío. De la misma manera, las consecuencias de su sistema y forma de jugar quedan más expuestas, de manera similar a lo que ocurrió en el partido de Liga MX del año pasado.

Matías imprime dos conceptos en su equipo: su gusto particular por el buen juego, que en su caso se traduce en asumir riesgos, y la heredada en general del 4-4-2 con rombo argentino. La formación contaba con la clara intención de que el equipo fuese protagonista, y así formo a las Chivas con una línea de cuatro defensores, de los cuales ambos laterales eran ofensivos, un mediocentro posicional en la figura del veterano Salcido, dos hombres acompañando en las bandas, que eran Brizuela y Cisneros, Pineda como enganche en fase ofensiva y adelante Omar Bravo y Peña como atacantes, siendo el último el segundo punta.

Para atacar, como mencionamos, Almeyda asumió riesgos. Los laterales no ganaban precisamente altura, pero si trataban de recorrer la banda con la pelota o generar pisando zonas interiores en campo rival. La salida de balón suponía ya en sí un riesgo, pues el equipo de Guadalajara apostó por la variante Lavolpiana, incrustando a Salcido entre los centrales y dejando que los centrales abiertos condujesen. De hecho, el central izquierdo, Salcedo, tenía la misión de conducir lo más lejos posible, hasta que se abriese un hueco y pudiese soltar la pelota.

Su Salcido asumía la responsabilidad del primer pase, entonces trataba de encontrar con un pase vertical a Pineda, que ocupaba posición entre líneas. En caso de que el pase resultase exitoso o lograran asentarse en tres cuartos, entre Pineda y Peña trataban de hacer llegar la pelota a Brizuela o Cisneros, ya fuese en la banda o cuando ellos visitaban la zona de delantero, en especial el Conejito.

Defensivamente tampoco variaron mucho los principios de Almeyda. Realizar rápidamente dos líneas de cuatro y el encargo de que los delanteros persiguiesen a los mediocentros leoneses hasta donde fuese necesario fueron cosas que volvimos a ver en el campo.

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Club León

Hechos son amores y no palabras. Y hay que decir que, pese a lo dicho por Tena en sus primeras horas como entrenador esmeralda, su mano comienza a notarse en un conjunto que se molda a sus principios. La Fiera basó en su orden defensivo su fortaleza y a partir de ahí generó confianza como para intentar, sobre la marcha, crear secuencias de pases que desencadenaran en ocasiones de peligro. Que la prioridad es el sistema defensivo y no el ofensivo se notó en que el equipo tardó media hora en vislumbrar como hacer daño, mientras que sin balón no hubo la menor duda respecto a qué hacer.

El Club León formó con un 4-4-2 bastante claro, tanto posicional como nominalmente. La línea defensiva con laterales largos, dos mediocentros defensivos en Rocha y Vázquez, Cuevas y Burbano en banda y adelante dos nueves de área, Cano y Boselli.

El sistema defensivo del Club León tuvo varias virtudes: orden y control del espacio por parte del doble cinco, recorrido defensivo en las bandas y la poca distancia entre líneas. Hay que sumar a ello la capacidad de los jugadores para aguantar y no soltar la posición fácilmente, provocando el error rival. Pero me atrevo a decir que la clave del entramado fue Cano. Tanto por jerarquía como por condiciones físicas y tácticas, el encargado de ser segunda punta realizó un trabajo extremadamente concienzudo. Corrió mucho, pero a diferencia de sus pares rivales, no para perseguir un hombre, sino para tapar un espacio: el de mediapunta. Así, el sistema defensivo de León, que en la primera zona de vigilancia era un 4-4-2 con los puntas desplegados, se transformaba en un 4-4-1-1 en mediocampo. El fervor de Cano en su misión tuvo varias consecuencias: Salcido no podía dar un pase vertical limpio, lo cual delegó la salida en el central Salcedo, quien a su vez no veía liberarse opción de pase cuando subía y ganaba metros. Pero el atasco que le produjo a Chivas el trabajo de Cano no rindió frutos, porque el visitante no supo aprovechar la cercanía de Cano con Boselli. En ese aspecto, se extrañó el movimiento de pivoteo de un Boselli que pudo dar en las dejadas de cara a Cano una buena arma del equipo.

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El Partido

Guadalajara sumió su papel de equipo local y necesitado y entre las conducciones de Dedos López y especialmente Aris Hernández logró que se generara espacio para que Peña, Pineda o Brizuela se acercaran al área rival en tres cuartos. A medida que sucedían los minutos, los avances y combinaciones de Guadalajara se fueron complicando y el impulso inicial desapareció. El control férreo que ejercieron Rocha y Vázquez en zona interior empujaba a Guadalajara a las bandas, donde Cisneros y Brizuela se complicaban y la labor recaía en los laterales.

Precisamente la responsabilidad de laterales por parte de un equipo y otro comenzó a cambiar el signo del partido. Al espacio que dejaba López a su espalda respondió León con las subidas de un Velarde que haciendo lo que sabe comienza a dejar buenas impresiones, y Navarro castigaba la soledad de Salcido en medio atacando el interior. A la media hora, se destapó la clave del partido: León tenía facilidad para encontrar a sus extremos con libertad. Rocha entonces sacó su mayor virtud: pases largos en plena jugada al extremo libre. Con ventaja posicional y por deficiencia defensiva de sus pares, Cuevas comenzó a acercar la pelota al área y del lado pasado no paso lo mismo porque Burbano ya no es Burbano. Hubo incluso una jugada en la que con dos metros de ventaja sobre López, el colombiano prefirió frenar en lugar de arrancar a línea de fondo.

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Así se llegó al medio tiempo, con la sensación de que el control del partido era felino y de que la oportunidad definiría todo. Que el Club León tapase el centro con el triángulo Cano-Rocha-Vázquez hacía que las conducciones de Salcedo fueran suicidas y el avance por los extremos sólo faltaba que dejaran tiempo de subir a Cano, que no llegaba para ser segundo rematador.

La clave del segundo tiempo y que maniató final y totalmente a Guadalajara fue que Tena decidió emparejar tres leoneses con los dos centrales y el mediocentro chiva. A la salida del local se le ponían enfrente Cano, Boselli y Cuevas y el ahogo fue total. La entrada Maxi Moralez dio sentido al mediapunta ofensivo y en un tiro de esquina León aprovecho su bala. Un gol donde el arquero y el defensor rojiblancos fueron comidos por la experiencia de Boselli y en donde sólo ven falta quienes prefieren defender intereses empresariales. Y así, sin nada que hacer por delante ante el sistema defensivo verde, los tapatíos perdieron tres puntos.

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¿Por qué Peña no funciona con Chivas?

Como curiosidad, la imagen de Peña sentado en la banca, mirando triste el partido. Almeyda declaró al final que estaba lejos del nivel que lo llevó a la selección. Hay que decir que la solución a su rendimiento le hubiese servido a Chivas en su encuentro con León. Dándole un papel de segundo delantero y con Pineda y Brizuela tocando la pelota, el papel de Peña es ya de puro rematador o gestor de espaldas. Su principal virtud, la conducción atravesando líneas, queda desactivado, y que su compañero se un delantero que ya no ataca los espacios como Omar Bravo, no le beneficia. Es decir, Peña necesita contacto con el balón, y que sea de calidad, que la pelota le llegue de frente. En ese sentido, la solución hubiese sido intercambiarlo con Pineda y retrasar su posición. Como doble cinco, dando un pase escalonado a Salcido, pudo haber atravesado la vigilancia de Cano y poner en aprietos a Rocha. Afortunadamente no fue así.

Calificaciones NE

Yarbrough, 7. Chivas le dejó poner la hamaca.

Velarde, 7. ¿Está el equipo condenado a que su rendimiento sea indirectamente proporcional al de Efraín?

Novaretti/Nacho 7. Lo hicieron bien en sus momentos, Destacar el dominio de áreas de Nacho.

Guillermo, 8. Capitán sin brazalete. Seguro y firme, levanta el nivel.

Navarro, 8. Mejorando de a poco y castigando la zona que debía en ataque.

Rocha, 9. No fue sólo saber cuándo ganarse la amarilla, sus pases largos fueron un placer a la vista.

Vázquez, 8. Debió asumir un poco más de galones con la pelota, pero lo hizo bien.

Burbano, 6. Devuélvenos a Burbano.

Cuevas, 8. Incisivo y disciplinado, le fallaron algunos controles.

Cano, 10. Sin él, no hubiese sido posible.

Boselli, 8. El físico todavía no está al cien, pero el instinto asesino… intacto.

Maxi: Impacto inmediato. Magallón: S/C.

Tena. Le ganó la partida a Almeyda.

En twitter, @Akelandos.