#ColumnaGuerra
Por Arturo Guerra
Los que siguen el futbol desde los años noventa o incluso desde antes, recordarán el famoso “día del club” que implementaban el León y otros equipos del futbol mexicano. Se trataba de cobrar más cara la entrada cuando recibías a clubes mediáticos. En este caso, cuando los Esmeraldas eran anfitriones de América y Chivas, el costo del tique podía subir un 50% o más.
En la actualidad, esta mecánica se sigue realizando, pero ya no se utiliza la denominación del “día del club”; ahora, al más puro estilo iniciado en el futbol europeo, el Club León da a conocer los precios de los partidos de local antes del comienzo del torneo, destacando la visita de los “4 grandes”, los cuales son los juegos más onerosos del calendario.
Es sabido que en estos cotejos la afición visitante llega a ocupar el 40 o hasta el 50% del cupo del estadio y la queja de los aficionados leoneses es precisamente ésa: que les “copen” su estadio. Pero esto ocurre desde que tenemos memoria. Si vemos videos de los años 70, ya se veían muchas playeras americanistas en los encuentros en el estadio León. Incluso, las crónicas relatan que mucha gente de Chivas hacía el viaje desde Guadalajara para presentarse en gran número en las tribunas de La Martinica, en los años sesenta.
El furor leonés del ascenso en 2012 hizo que, los primeros años desde el regreso del equipo, no hubiera tanto aficionado de los “populares” en nuestro recinto, pero eso se fue apagando con el tiempo.
¿Qué pasa? ¿Cuáles son los factores para que ocurra esto, evidentemente además del precio? En Torreón, el fin de semana pasado, se vio atestado de playeras rojiblancas, lo que por lo menos para un servidor que llegó a ver el viejo Corona con parcialidad totalmente local, resultó extraño. La entrada de ese partido de la fecha 6 resultó de poco más de 16 mil espectadores; no estaba lleno el estadio, pero la mayoría del público notoriamente era del Guadalajara.
Platicando con amigos de La Laguna, argumentaron factores como el deportivo (el equipo no anda bien), económicos (boletos caros y en este caso el aficionado visitante tiene todo un año para ahorrar y que además provienen de otras ciudades cercanas); factores que también nos hemos encontrado en León.
También ocurre que Unión Laguna está en las finales del beisbol y la gente prefirió asistir allá. Factores sociales y familiares que también pegan en el bolsillo, como es el regreso de los niños a clases. Todo juega cuando se trata de asistir cada 15 días al estadio y encontrarte con un partido de los caros. Otra cuestión es la renta de abonos, pero bueno, ese ya es otro tema, pero también es un factor que juega para este tipo de situaciones que estamos analizando.
El nuevo estadio Corona, de capacidad de 30 mil, está abonado en una cuarta parte. Esto resulta que el visitante pueda copar, como ocurre en León, en donde la quinta parte del Nou Camp o hasta un poco menos es apenas la que está abonada. Por ejemplo, en Monterrey, los 2 inmuebles suelen estar abonados en un 85% o 90%, por lo menos, y difícilmente con estas cifras veremos alguna vez una mayoría visitante o por lo menos que se acerque a la cifra del público local.
Me resultó curioso el caso del equipo Santos porque es una de las principales áreas metropolitanas del país (aproximadamente medio millón de habitantes menos que la Zona Metropolitana de León, según el INEGI), pero en donde la penetración de aficionados rivales es muy baja (debe ser después de la plaza de Monterrey donde hay menos seguidores de otros equipos diferentes al local), y aun así se presentó esta situación. El próximo fin de semana ellos reciben a Pumas, veremos cómo les va.
En el caso del León, el semestre pasado vinieron Cruz Azul y Chivas, teniendo cotejos con entradas superiores a los 24 mil espectadores. Este torneo, ya vino el Guadalajara con una entrada similar; en octubre viene Pumas. Para el Clausura 2024, vienen América y Cruz Azul. Normalmente, la Liga programa en cada plaza que 2 de los 4 grandes la visiten un semestre y al siguiente los otros 2. En León, si el equipo local anda bien, las entradas se acercan a los 25 mil (así está demostrado los últimos años). Si nuestro equipo anda mal, ocurren situaciones como la del Apertura 2018, donde en el partido con el Rebaño Sagrado apenas hubo 17 mil personas.
El equipo León, desde su regreso en 2012, promedia entre 20 mil y 22 mil seguidores como anfitrión, contando todos sus partidos de liga. Es evidente que, a pesar de que entra una gran parcialidad del equipo ajeno, la afición esmeralda sigue siendo mayoría en esta clase de encuentros, por poco, pero lo sigue siendo. Pasa que el visitante suele ser más “gritón” y que nuestro cerebro se suele enfocar en algo predeterminado; por ejemplo, si estamos pensando en buscar playeras chivas, eso es exactamente lo que vamos a establecer en nuestro punto de atención.
La solución sería tener más abonados para hacer sentir más nuestra casa, tener prácticamente todo el estadio abonado. Una cosa que tendremos que lograr con el tiempo, o no.