Por: @NacionEsmeralda │Colaboración fotos: Ricardo Jasso Vivero
«Ser campeón no es lo mejor, es simplemente lo ÚNICO».
Hace 30 años, una tarde calurosa de junio, toda una ciudad se concentró en torno a sus colores, a su tradición y ante una esperanza que nadie había visto en 36 años, ver a su equipo CAMPEÓN de Liga.
Luego de años de sufrimiento en su pasado reciente, a dos décadas del famoso León de los 70’s, poco o nada volvió a brillar colectivamente vestido de color verde. La época ochentera sólo navegó en la medianía para al final desembocar en un inédito descenso para la histórica escuadra verdiblanca. Los malos manejos directivos, jugadores sin compromiso y técnicos incapaces de revertir los malos resultados, orillaron a un club con pasado glorioso, a empezar de nuevo. Se fue en 1987 a segunda y regresó con nuevos bríos en 1990, lo mejor estaba por venir.
Con Víctor Manuel Vucetich, técnico joven, que tuvo un retiro prematuro como jugador, llegó a conjuntar un equipo lleno de guerreros comprometidos a trascender, y lo lograron.
LEÓN regresó al máximo circuito lleno de dudas y jugadores procedentes de la, entones llamada segunda división, y el mismo técnico, que a su corta edad, ya sumaba dos ascensos.
El torneo de la consolidación en la 90-91 fue bastante cumplidor, al no existir la repesca, León no pudo acceder a la liguilla por el título y se tuvo que conformar con sumar puntos suficientes para evitar el descenso en su primer año.
Ya en el segundo año, más consolidado y respetando el lugar al profe Vucetich, León fue imbatible en su cancha durante todo el torneo y sus 38 fechas. Con una base de jóvenes mexicanos y extranjeros experimentados, León accedió a la liguilla como cuarto lugar general con 45 puntos, ganó 15 juegos, empató 15 y sólo perdió en 8 ocasiones. Tita, el símbolo esmeralda de la época anotó en 16 ocasiones, siendo el máximo goleador de los verdes.
La liguilla no fue fácil para León, pues en cuartos de final tuvo que enfrentar al campeón vigente, los Pumas de la UNAM. En la ida, en cancha de CU León sacó una victoria de oro, al vencer a domicilio a los universitarios por 0-1. Zé Roberto antó el solitario gol a centro de Paco Uribe. León tenía en sus manos el pase a semifinales.
En la vuelta los esmeraldas le repitieron la dosis a los universitarios, ese equipo plagado de figuras, Luis García, Juan Carlos Vera, David Patiño, encabezados por su emblema, Jorge Campos.
La única anotación del partido, fue obra de Milton Queiroz «Tita» tras ejecutar una de sus especialidades, el tiro de castigo. En esa ocasión el arquero fue Segio Bernal, pues los auriazules buscaban ser más ofensivos y colocaron a Campos como centro delantero, al momento de la ejecución del brasileño, Campos se situó a un lado de Bernal para cubrir el espacio que ‘cubría’ la barrera, pero el magistral cobro de Milton venció a ambos. León estaba en semifinales.
El siguiente rival, el Cruz Azul, siempre favorito al título por la prensa capitalina. Pero León tenía los arrestos para vencer a los cruzazulinos. En el partido de ida los esmeraldas vieron su peor escenario, en los primeros minutos del encuentro en el estadio Azteca se desconcentraron, y recibieron muy temprano dos goles. Parecía que el equipo se le caía a Vucetich. Sin embargo, a pocos minutos de concluir el segundo tiempo, Marcos Benatto Costacurta, mejor conocido como «Marquinho» descontó por la visita, León sólo requería de un gol en la vuelta, pero nuevamente los yerros defensivos se hicieron presentes y Carlos Hermosillo anotó el tercero para los celestes. León requería de al menos dos goles sin respuesta del rival.
Llegó el domingo 31 de mayo, ante un estadio León pletórico, lleno de banderas verdiblancas y con la consigna clara. Anotar dos goles y mantener el cero atrás.
Transcurrió todo el primer tiempo, los cruzazulinos jugaron su partido, propusieron poco y mantuvieron el resultado global, León tenía 45 minutos menos. Al arranque de la segunda mitad León presionó, adelantó filas y le rindió fruto, un exquisito pase de Alberto Coyote al espacio aprovechado por «Tita» provocó la locura en la grada, León estaba a sólo un gol de la remontada, la final estaba a la vista.
León insistió, buscó por las bandas y así llegó la segunda anotación. Paco Uribe hábilmente desbordó por derecha, se llevó la marca de su rival, centro al área, Zé Roberto remató de ‘palomita’, Olaf Heredia rechazó y Martín Castañeda contrarremató para anotar el gol de la euforia, el gol que mataba a Cruz Azul, el gol que metía en una final al León. La ciudad enloqueció.
¡A LA FINAL!
— NaciónEsmeralda (@NacionEsmeralda) 31 de mayo de 2020
Semifinal 91-92│Con agónico gol de Martín Castañeda a Cruz Azul, el Club León se metía a una final de liga y pelear un título después de 36 años de sequía. Un 31 de mayo de 1992, León era una fiesta.
¿Quién estuvo ahí?
📽️Paco Uribe Youtube#ElPrimerGrandeDeMéxico pic.twitter.com/wW8YhGy3fj
Por fin, después de una desgastante liguilla llegó la final, León enfrentaría al Puebla de Manuel Lapuente, viejo lobo de mar.
Se quedaron fuera los ‘favoritos’, León tenía en sus posibilidades obtener su quinta estrella.
En Puebla, no hubo mucho qué contar, un empate a cero bajo un torrencial aguacero, los verdes sacaron la mejor parte al no recibir anotación y dejar todo para la vuelta, en su estadio y con su gente.
Llegó el domingo, 7 de junio de 1992 y una cita con la historia.
La tónica fue la misma, un duelo muy cerrado, igualdad de fuerzas, un León intenso y un Puebla que jugó a aguantar el embate del rival. Otros 90 minutos son gol y todo se definiría en tiempos extra.
Finalmente y luego de un agobiante partido, Caros Turrubiates se alzó como figura, secó a Carlos Poblete en defensiva, y en incorporación al ataque, anotó el gol que abrió el camino al título.
Escucha»Charla con Carlos Turrubiates» en Spreaker.«Marquinho» levantó el centro al área, Pablo Larios chocó con su defensor mientras Paco Uribe se les metía en medio, el balón pasó y ahí estaba la figura de Carlos Turrubiates. Te presentamos la entrevista de cómo Carlos Turrubiates vivió ese gol.
Ya, en el segundo tiempo extra León era el dueño del juego, Puebla con un hombre menos, no pudo más. «Tita» cobró una falta por la punta izquierda del campo, a media altura disparó un ‘balazo’ que sólo encontró una pierna que marcara un autogol, Aurelio Rivera. Así llegó el 2-0.
El paso de los minutos sólo sirvió para que el estadio pudiera celebrar el inminente título. LEÓN era CAMPEÓN de México.
